La compasión: El motor que mueve a todas las especies...
Posiblemente el nombre de Ginny pase desapercibido para la mayoría de nosotros(as), no es una actriz famosa, ni tampoco es una deportista o modelo reconocida, sin embargo, para todos los seres que salvo la vida se convirtió en alguien fundamental. Vivió 17 años los cuales dedico exclusivamente a salvar vidas, si así como lo leen, a salvar vidas. Su historia es digna de una película por eso no es gratuito que se hayan escrito dos libros sobre su vida después de su muerte en 2005.
Ginny es una digna representante de su especie, una perrita amorosa y dedica a compartir compasión hacia los otros seres. Pero lo más curioso y no lo más sorprendente es que ella durante su tiempo de vida ayudo a salvar a miembros de otras especie, es decir a gatos(as) y humanos. Cientos de gatos la mayoría de ellos con algún tipo de discapacidad, sumado al ser humano que ayudo a curar de depresión son solo algunos de los seres que contaron con la maravillosa posibilidad de beneficiarse de la compasión de Ginny.
Su heroísmo y compasión genuina la condujo a ser nombrada “Gata del Año” en 1998 por el Club de Amigos de los Felinos de Westchester según nos cuenta el diario ABC de España en una de sus columnas del 11 de marzo del 2016. Posiblemente muchos de nosotros(as) conozcamos historias de animales no humanos que a través de su vida compartieron esperanza y amor con los seres que estuvieron a su lado. Algunos de ellos han compartido su compañía de manera más silenciosa que otros, como por ejemplo, Lana, la cuy que acompaña la foto de portada de este escrito, quien con su ternura nos brinda alegría a las personas que estamos a su lado.
Pero sin duda alguna, uno de los aprendizajes fundamentales que destaco de las diferentes vivencias de estos animales no humanos es que la fuerza de la compasión es un motor fundamental y muy necesario para profundizar en nuestro camino interior. Nosotros como animales humanos tenemos que aprender de las otras especies; ya que acoger, cuidar y reconocer a los otros seres es algo que todavía nos debemos como humanidad. Somos una especie joven y los resultados de nuestra inexperiencia se están viendo reflejados en los múltiples sucesos desafortunados que nos acompañan todos los días.
Por eso se hace necesario reaprender el cómo hacer las cosas. Y creo que uno de las prácticas que nos puede ayudar en ese propósito es la práctica de la compasión. Sin importar nuestra especie, estrato socioeconómico, color de piel u origen, la invitación desde la practica del amor bondad es acoger, cuidar y desearle al otro (otra) a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones que estén bien, felices y libres de sufrimiento.
Amituofo!