Ecología: Una invitación indecente…
¿Cuantas veces te han hecho una invitación especial? A la mayoría de nosotros nos han realizado por lo menos una vez en nuestras vidas un amigo, un familiar, tu esposo u esposa, un conocido(a), un desconocido(a), etc; algo que podríamos catalogar como una invitación especial. En este ocasión me correspondió a mi realizártela, posiblemente no nos conocemos, ni siquiera hallas escuchado de mí, sin embargo, dependerá de ti aceptar la invitación o no. Ahora, te advierto que te perderás de una gran oportunidad si decides no aceptarla, es más, en este momento muchísimos seres humanos ya decidieron no zambullirse por decirlo así, en esta propuesta que hoy te quiero mostrar.
De igual forma, también existen aquellos que con gran valentía y cierta desconfianza o temor han decido aceptar esta invitación especial; y te puedo asegurar que estamos muy agradecidos por haber tomado la decisión de aceptarla. Seguramente en este momento te estarás preguntando ¿Pero de que se trata esta invitación?, pero antes de responder a este interrogante me gustaría compartir una pequeña historia que escribí hace ya un tiempo atrás:
Siempre observaba a la abuela grande, que con sus largos rizos donde los pájaros anidaban cubría todo el horizonte, su cuerpo que manifestaba sus largos años de historia eran el vivo manifiesto de la historia de la humanidad, que bonita es la abuela grande me decía yo, que lindo sus ojos, con los cuales observa a sus hijos e hijas, a sus nietos y nietas. Cuando llora a través de sus grandes mejillas corren ríos y ríos de agua que refrescan la totalidad de la existencia.
A veces sus hijos(as) y nietos(as) se portan mal y la agraden dañando inconscientemente a todo su ser, sin caer en cuenta que se dañan a ellos mismos. Pero la abuela grande con su amorosidad, ternura y respeto lo sigue acogiendo en su seno; alimentándolos a través de su néctar de vida. Que hermosa es la abuela grande, que pensando en su linaje, se manifestó a través de abuelitas chiquitas, chiquitas que nos recuerdan a través de historias y de su propia vida lo grande y hermosa que es la humanidad.
Con esta pequeña historia te quiero mostrar que nuestra forma de relacionarnos con toda la existencia no es la más afortunada, ni asertiva, ni amorosa. Es más, hemos caído en el error de creer que somos el centro del universo, una especie de antropocentrismo que alimenta una arrogancia y ego que nos está conduciendo al exterminio de nuestra especie. Este paradigma obsoleto que nos invita a relacionarnos con nosotros mismos(as) y los demás seres de manera utilitarista percibiendo al árbol, las flores, los ríos, las otras especies simplemente como objetos de consumo, es una forma de pensar y vivir que nos ha vendido la idea de que nosotros somos los dueños de todo lo que existe y lo podemos tomar a nuestro antojo.
En ese orden de ideas, mi invitación especial para ti es que empecemos a vivir desde un nuevo paradigma donde entendamos que todos los seres tienen un valor intrínseco y tienen el derecho a existir, ya que todos estamos interconectados en una danza interdependiente. Que somos una especie más de las millones que existen en nuestro planeta y que tenemos el deber de respetarlas y cuidarlas y aprender a convivir en mutua-colaboración. Para lograr comprender y vivir de esta nueva manera puedes ayudarte en principio caminando en medio de la naturaleza, percibiendo los árboles, los animales no humanos, las flores y sumergiéndote en un baño de bosque.
Espero estés bien, feliz y libre de sufrimiento,
Amituofo!
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